Yo sé del rostro ensangrentado de mi gente
Y de lágrimas en caras desoladas
Y sé del azote de la mediocridad
Sobre pasiones quebrantadas.
Yo sé de un estrépito que surge del silencio
Del estruendo que nace de la calma
Del alma vencida de mi pueblo
Y del secreto de su confianza.
Yo sé de un susurro
De un leve murmuro
Que bambolea cual infante
En paso primero – ¡pero seguro!
Hacia un presente no distante.
Yo sé de una verdad antes escondida
Que encendida arde y libera
Y de mentes, ayer conformes
Que hoy exigen, buscan e indagan
Y de oscuridades uniformes
Que con luces ya se apagan.
Yo sé de palabras que inspiran
Y de los ojos que las miran
Y de arrestos antes conformes
Que ya ni de balas se retiran.
Yo sé de un himno gigante
Que de la amenazante Gran Misión se hace
Y sé de la Gran Visión
De donde ese altivo designio nace.
Yo sé de un Hombre
Destinado a ser recordado
Y sé de los héroes que ya se paran
De entre tanto arrodillado.
Y sé que débiles nacen los bebes
Por sus madres y por Dios apapachados
Pero solamente en propio pie
Seremos una nación de emancipados.
Shodai Sennin J. A. Overton-Guerra
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