A Isabel de Los Castillos
Mujer aun sin apellido pero ya con historia
Conocía el ritmo y el sonido de sus palabras
Y en poco tiempo me lograron cautivar la imaginación.
Vi su cara, ya estática, ya escondida
Sentí que dentro de esa mirada desviada pero decidida
Existía una pasión deseando tener rama para posar.
Note sus ojos, oscuros, callados,
Su sonrisa de retrato antiguo,
Y mis pensamientos, llenos de recuerdos
Y de posibles futuros se viraron en mil direcciones a la vez:
¡Isabel!
Cara de España, de Imperio
De ruinas romanas, de recuerdos.
Hable con ella, sí, y algo
Algo ya relegado en mí
Abrió puertas y soportales
De mi imaginación, de detalles de mi pasado:
Castillos y plazas,
Calles estrechas y terrazas
Corridas de toros, ¡Asturias y Andalucía!
Sombras, sol, y peleas de navajas.
¡La Sierra Guadarrama!
Tardes lentas y soleadas, naranjales,
¡Valencia! ¡Yaya!
El barrio de noche, besos escondidos y abrazos prohibidos
Portales, porteros, “¡que viene la policía!”
Corriendo de los Civiles.
Villancicos, la Tuna,
Pipas, ancianas vestidas de negro,
El fuego del furor de mi alma, de mi alma sí,
Y del sol castellano que siempre arde en mí.
Don Quijote, ciudad de Cervantes,
Noches recónditas a las orillas del Henares
Hombres con boina jugando al tute
Horas lentas y pérdidas en los billares.
Partidos de fútbol en las calles
Niñas vestidas de uniformes que siempre exclamaban:
“¡Que no!”
De mi infancia, de mi juventud, de un tiempo y
De un lugar lejos y escondido ya de mí
De un tiempo que me pide vuelta
Que también me exige rama para posar
Y en solo unos momentos
Una vida, una historia llena de historia,
Que quiere volver a vivir.
Esa parte de mi olvidada que comienzo a recordar
Su cara me trajo recuerdos de otros tiempos
De otra edad, de otra vida, de una personalidad no desaparecida
De un universo de inocencia que se me fueron para siempre
Y de un alma que me pide a gritos que comparta los silencios de mi poesía.
por Shodai Sennin J.A. Overton-Guerra